Poco a poco

Definitivamente creo que los domingos serán el día de publicación obligatoria. Ya sabes, el domingo es para pasarlo en el sofá (en mi caso, el camastro de la resi) viendo pelis.


Mientras comía a eso de las 5.30 de la tarde, he estado pensando en si realmente he cambiado en estos 18 días fuera de mi país, mi casa y mi gente. Aquí no hay quien me ponga la comida, o me espabilo o me muero de inanición. Tampoco hay quien vaya a comparme algo que necesito. Definitivamente, estás sola contra el mundo, y nadie va a hacer nada ni va a  mover un dedo por hacerte el trayecto más cómodo. Nadie.

Esta semana ha sido mi primera semana de uni, en Mordor, y con clases de todo tipo. Clases de sonido donde el profesor no habla nada de inglés y tenía al lado a un traductor que nos iba explicando los conceptos. Incluyendo partes de su propia cosecha como "este es un concepto algo largo y abstracto, no creo que sea importante así que continuemos", "son muchos números, lo siento pero tampoco creo que esto vaya a ser relevante", etc. Clases de polaco donde no es buena idea ir de empalme después de una noche de Alibi porque la sita no corre, vuela y no intentes pronunciar una mierda porque no lo conseguirás. De cibercultura donde daremos cibersexo, y clases de motion capture donde nuestro gran amigo "the bald guy from ukrania" es el segundo de abordo.

He conocido a mi compañera de habitación. Una italiana más rancia que su puñetera mandre. Yo vivía con la ilusión de ser amiguis y tal, pero ya me avisaron mis vecinas polacas que esta muchacha de agradable tiene poco. Quizá su tamaño porque es diminuta. Seguiré con la búsqueda de hogar porque 5 meses convivinedo con alguien que te lanza miradas de odio y ni te habla, muy cómodo no es.
 
También hemos organizado, tras mucha discusión, nuestro primer viaje Erasmus a Cracovia. 4 días y 3 noches. 10 personas en una habita de un hostel. No sé que saldrá de esa mezcla de turcos, griegas, búlgaras, españoles y croatas.

Y, cómo no, hemos salido. Mucho. Y no te creas que hoy es de tranquis porque empiezas de cerves en la cocina de la séptima planta y terminas reliado yendo a no-sé-qué club. Y venga cerveza. Y venga vodka. Y empieza con Soplica pero se acaba y tiras de vodka infumable con zumo de fresa. Y te vas con el turco a robar alcohol porque al pobre le han quitado su birra. Y terminas en casa de unos españoles que te prometen una feria de abril en honor a tu cumple y te hacen firmar en su bandera "shiquillo vaya luz shashi que tenéis".

Tan lejos de casa, los conocidos son amigos, y éstos mejores amigos. Y ya los mejores se vuelven familia.

En resumen, que sigo igual o más agradecida de estar a más de 3000 km de casa. Aunque os eche tremendamente de menos.

Un besi en la fiente, cambio y corto mi amol.

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