Disecciones y lluvia.

Es la hora de comer, aquí y en el lugar que me vio nacer. Y mientras mi gente duerme la mona, come papas con choco en la playa o simplemente se toma una cerve fresquita casi congelada a la orilla del río, yo estoy en modo burrito.

Metida en la cama, cara lavada, estómago vacío y sentimientos encontrados. Eso, y el mayor mal de mi generación: querer hacer, saber hacer, y no hacerlo. ¿Para qué gastar energía y tiempo cuando sabes que nada sirve y que todo está putrefacto?

Y en un intento de acabar con esta situación, me dispongo a recopilar mis poemas favoritos en una nueva sección. Me presento diseccionada, como un sapo en una comedia romántica de mala muerte ambientada en la Minesotta de los 90. Me disecciono ante ti, porque me da la gana.

Hoy traigo Usado, uno de mis últimos poemas. Tenéis más en mi Tumblr. Qué millennial, eh. Ella 2006.

A veces regresas,
Cuando me pillas desvelada.
Y sonríes desde el quicio de mi cordura
Porque sabes que la puerta esta cerrada
Las ventanas tapiadas
Y aun así, vuelves a entrar.

Y la sorpresa es menos sorpresa,
Cuando soy yo la que te busca,
Cuando hurgo en mis adentros
En un intento de sentimiento.

Y ya no se si eres tu quien sonríe
O soy yo la que llora.
Porque voy marcha atrás y sin frenos
Mientras todos me adelantan.

Y quizás no haya cordura que mantener,
Quizás no haya amor que exista,
Quizás no haya pan con aceite,
Ni libras en la cuenta,

Quizás no haya yo,
Y por eso nunca hubo tú.



Ah, y sí. Las obras son mías. Esta es mi pieza para San Valentín.

Un besi.

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